28 junio 2006

Y como descanso...

Como divertido recreo, si quieres gozar a carcajadas, disfrutando con un género cercano y guasón, desenfadado y costumbrista, emparentado con el más jocoso y burlesco estilo satírico de nuestra novela picaresca, puedes disfrutar con varios títulos sensacionales.

“Manolito gafotas”, llevado ya al cine, es el antihéroe infantil de barriada madrileña, personaje caracterizado como hispano auténtico, tomado directamente de la calle para ser llevado a las páginas sin ninguna alteración, descrito con realismo y cargado de sano humor. Elvira Lindo ironiza con este pequeño personajillo madrileño de barrio, que con su género sencillo e ingenuo sabor desarrolla una crítica mordaz e hilarante, dirigida contra el pretendidamente mundo lógico de los adultos. No rebaja el nivel de broma y chirigota en ninguna página. Cuenta con algunos títulos más del mismo tenor.

Es equiparable al “Petit Nicolas” de Sempé y Goscini. Las andanzas de este chiquillo, descritas en un léxico sencillo y una sintaxis plana, recuerdan el modo de expresarse de los menores, cargado de desenfado e ingenuidad.

No se disimula tampoco una sana crítica mordaz ejercida contra el mundo de los mayores, esgrimida desde la cándida sencillez y la rotunda claridad de los pequeños. Sobra todo comentario sobre este género tan burlesco, entre infantil y jocoso, ironizando sobre la visión de la vida de los menores y las complicaciones absurdas de nosotros, los pretendidamente adultos. Cuenta con más libros de este mismo personaje, en los que la carcajada acompaña a cada página.

De este mismo autor tienes los inmensos Axtérix y Obélix, cargados de sentido histórico y de contenido respetuoso ajustado con la cultura y el mundo romanos. Puedes leerlos en cualquier idioma - puesto que estos comics están traducidos a todas las lenguas, hasta en latín-. Es divertido practicar la lectura en otros idiomas, sin perder la diversión, ya que cuidan la traducción hasta en los juegos de palabras e incluso en los chistes y el humor.

1 comentario:

Javier Jurado dijo...

¡Ah, grande el pequeño Nicolás! Marcó buena parte de mi infancia, pero luego toda mi familia disfrutó con los mismos libros. Aparte de Asterix, yo soy más (y lo recomiendo) de Tintín. Un reportero aventurero de la época donde no había ni internet ni móviles, y, sin embargo, con buenas dosis de intuición, acaba con todo bicho viviente. Memorables los títulos en los que aparece su amigo Chang. Me dijo una vez una bibliotecaria que la gente es o de Asterix o de Tintín, pero raro es quien optaba por los dos.
Hace dos días acabé el mítico Ángeles y Demonios. Si alguien no lo ha leído, que no lo lea, que no pierda el tiempo como yo. La idea es buena, pero al amigo Brown se le pira demasiado con detalles que nadie se explica a qué vienen. No creo que tarden en hacer una película y nos enteraremos de la historia en hora y media. El Código da Vinci, por supuesto que no lo pienso leer.
Quien no lo haya leído, que lo lea ya, el mítico Alquimista, de Coelho. Y del mismo autor es muy recomendable "Verónica decide morir", para hacernos recordar que la vida son dos días y que aquí todos acabamos igual. No es un drama, es un libro que hace pensar.