18 enero 2007

Los alumnos evalúan a sus profesores

Los estudiantes de la Universidad Complutense evalúan la docencia impartida por sus profesores. De forma anónima y sin publicación de los datos. No se aplica a todos, sino únicamente a aquellos profesores que voluntariamente lo solicitan. Se encarga la Oficina de Calidad y Desarrollo Estratégico, computando los Resultados del Programa de Evaluación de la Calidad Docente del Profesorado. Incluye también una autoevaluación del propio profesor y una comparativa global de resultados.

Sería estupendo que esta medida se aplicase a todo el claustro. Daría muchas luces y datos claros para ver qué sucede verdaderamente con la participación de los alumnos en las clases y tutorías, sesiones prácticas, bibliografía, sobre aclarar los objetivos del programa y avisar sobre los criterios de evaluación, sobre las explicaciones y hasta sobre el respeto y educación mantenidos en el trato.

Son -somos- seis mil los docentes de la Universidad Complutense. Lamentablemente, apenas llegan a unos centenares los evaluados. Obviamente, sólo lo son aquellos que suponen positiva su valoración por parte de los alumnos. Vamos, hablando claro, que estos datos únicamente reflejan a ese escasísimo porcentaje minoritario de profesores que tienen muy en cuenta la opinión de sus alumnos a la hora de atenderles sabiendo que van a ser después evaluados.

Sumando y dividiendo, no llegamos muy alto en grupo (Véase autocrítica de la Universidad de Jaén), ni tan siquiera al notable. Las notas conseguidas son harto mejorables: desde un ocho en la primera pregunta, bajando sucesivamente hasta un cuatro en la última. Las cuestiones evaluadas son éstas:

· El profesor siempre es educado con los estudiantes (8’66)
· Estoy satisfecho con la labor docente de este profesor (9’18)
· Informa claro sobre programa y objetivos desde el primer día (9’12)
· El profesor es accesible y siempre está dispuesto a ayudarnos (9’74)
· Facilita información clara sobre la forma de evaluación (9’44)
· Utiliza de forma adecuada recursos didácticos: pizarra, esquemas (8)
· Organiza, prepara y estructura bien las clases (8’18)
· Explica, de una forma clara y comprensible, los contenidos (9’08)
· Apuntes, diapositivas, materiales del profesor, son de utilidad (8’92)
· Nos anima para que participemos durante las clases (9’42)
· Bibliografía recomendada por el profesor, me resulta de utilidad (6’48)
· Recibo tutorías siempre que las necesito (8’76)
· Las sesiones prácticas han servido para entender la asignatura (9’3)
· Las sesiones prácticas y/o seminarios están bien organizados (9’56)
(Añado detrás entre paréntesis la evaluación media sobre diez de mis alumnos para mí: se ve que son bastante generosos)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Efectivamente los hay que no se atreven a someterse a estas evaluaciones. En cinco años de carrera puedo contar con los dedos de una mano los profesores que obtendrían un notable alto (tampoco hay que echar las campanas al vuelo que, como la perfección no existe, todo es susceptible de mejorar). La evaluación debería ser obligatoria y vinculante, es decir, que tuviera algún efecto sobre la vida laboral de los docentes. Porque al fin y al cabo los alumnos son los únicos que sufren una mala práctica docente (y de eso abunda, no sólo que un profesor no sepa explicar, o que califique según el parte meteorológico, sino que deje de aparecer por clase, que nunca se les pueda localizar en el horario de tutoría- que forma parte de su jornada laboral- y que parezca que su único objetivo es obstaculizar que los alumnos aprendan...en definitiva, malos profesionales e irresponsables docentes que no asumen que están formando a los profesionales del futuro). Si por mí hubiera sido, habría depurado más de un departamento por incompetencia de sus miembros.

Anónimo dijo...

Ah, y se me olvidaba. Estos mecanismos de autocontrol deberían tener más publicidad y ser más accesibles para los alumnos porque me juego el cuello (y sé que no lo pierdo) a que el 95% (y creo que se queda corta la cifra) no tienen ni idea de que a los profesores- aunque sean sólo "ciertos" profesores- se les pueda evaluar. De vergüenza. Así nos va.

Anónimo dijo...

Personalmente, puedo contar con los dedos de la mano a los profesores que me han dejado un buen recuerdo y de los que he aprendido mucho. Por desgracia, la valía no es garantía de estar enseñando, y sí el estar cerca de ciertos gerifaltes que pululan por la Facultad sientiendose los dueños de algo que es público y que todos pagamos.

Ramiro

Anónimo dijo...

Creo que es cierto que los alumnos que evalúan este tipo de encuestas lo hace porque está o muy contento o muy a disgusto de su profesor (y no lo digo por las buenas notas que ha sacado usted, que creo que se las merece. Por lo menos, yo encontré una beca gracias a usted y le estoy eternamente agradecida). Pero no sé hasta qué punto puede influir.
De todas formas, esto es como todo. Hay que empezar por algún sitio porque es este conformismo el que nos hace llegar a ninguna parte. Por eso, me parece fenomenal que se evalúe a los profesores, como se hace con los alumnos. Algunos utilizarán este argumento para sentirse más importantes, pero espero que desde la humildad, la gente admita sus errores e intente ser mejor. Además, muchos de los docentes de la Complutense, digo yo, disfrutan con su trabajo o empezaron porque les gustaba y eso se debe notar a la hora de dar clase. Somos lo suficientemente mayores como para "saber" qué puede ser importante en nuestra vida laboral y qué no. Es absurdo que nos den cierto tipo de materias que olvidaremos tras el exámen y no nos servirá nunca más.
No digo que algunas no resulten trascendentales en unos y casi insignificantes para otros, pero la forma de enseñar importa mucho para implicar al alumno. Por eso, aunque haya materias que finalmente no utilicemos nunca, no sentiremos que no han servido para nada.
Felicidades por sus notazas!