06 febrero 2007

La información: el nuevo gran valor

Afirma José Enebral, Consultor de Recursos Humanos (‘La información: el gran cambio de hoy’): “Entendemos el conocimiento como capacidad de actuar, es decir, de tomar las mejores decisiones; pero el hecho es que la demanda de conocimientos parece crecer a menudo más deprisa que el aprendizaje, y también más deprisa que los esfuerzos de organización del saber (gestión del conocimiento) en las empresas. Insistamos en que, para los denominados “trabajadores del conocimiento”, la información es la materia prima esencial: para directivos, ingenieros, investigadores…

“Todos estos profesionales, y muchos otros, viven de manera especial el aprendizaje continuo; a menudo deben actuar pidiendo también ayuda a su imaginación, a su intuición y, sobre todo, deben hacer cotidiano uso de especiales destrezas informacionales. Habiendo dejado el aprendizaje de ser una actividad casi pasiva (escuchar al docente) para empezar a exigir una permanente actitud proactiva, el individuo precisa ahora de nuevas y específicas competencias informacionales; precisa, entre otras capacidades, la capacidad de aprender por sí mismo a partir de la información disponible (no siempre muy didáctica, ni muy rigurosa, ni muy a mano).

“De modo que, entre los muchos cambios a que estamos asistiendo en los últimos años, cabe destacar la necesidad de aprender continuamente, y, en sintonía con esto, la necesidad de “aprender a aprender”, de modo proactivo. De esto ya habrá oído hablar el lector, pero querría moverles a la reflexión sobre el hecho de que, a veces, son los propios conocimientos ya almacenados los que impiden la llegada de otros de nueva vigencia; no olvidemos tampoco el “aprender a desaprender”, que tendría algo que ver, quizá, con la flexibilidad, la amplitud de miras, el pensamiento reflexivo, el autoconocimiento y autocuestionamiento, la catálisis de los cambios…”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta claro que hay una necesidad real, en el mundo empresarial sobre todo, de aprender continuamente, de reciclarse, de progresar, de filtrar y asimilar nuevas informaciones.

Sin embargo, el mayor problema es que esa necesidad es mucho mas grande para las empresas que para muchas personas, pues no conozco mucha gente con esa necesidad de aprender continuamente, y menos aún de aprender a aprender. Muchos sólo quieren más dinero, un buen frack, y con el mínimo esfuerzo. No quieren más conocimiento en sus vidas. Y eso es porque no tienen esa necesidad real de realizarse en esos términos. Hay que tener esa inquietud. Esto no es una necesidad material, es más bien una necesidad espiritual, y no todo el mundo la tiene. Hay gente que prefiere sentarse a ver Gran Hermano y dejar la vida pasar. Sin más.

Un saludo tío, y enhorabuena por el blog.