07 junio 2007

Neologismos y sociedad del conocimiento

La globalización lingüística constituye hoy un acontecimiento imparable. Podemos decir que ya tenemos interrelacionado al planeta entero. Todos podemos comunicarnos, sin barreras ni fronteras. Cada vez usamos más los mismos términos y vocablos, sin diferencias idiomáticas, para referirnos a los fenómenos comunes que nos atañen, es decir, a la realidad completa.

Ramón Sarmiento y Fernando Vilches han coordinado el volumen "Neologismos y Sociedad del Conocimiento. Funciones de la lengua en la era de la globalización". Este libro publicado por Ariel en la Colección Fundación Telefónica, analiza como influyen los neologismos en la lengua española en la era de la Red. Fundación Telefónica presentó en la sede central del Instituto Cervantes esta publicación, que demuestra cómo se están borrando fronteras entre los lenguajes específicos de la Ciencia, ya que los medios de comunicación generalizan sus acepciones.

A pesar de esto, la Real Academia rechaza todavía algunos neologismos que pretenden desplazar a voces ya existentes en castellano, como “copyright” por derecho de autor, “dancing” por salón de baile, “hándicap” por desventaja, “hobby” por afición, “holding” por grupo, “hooligan” por hincha violento, “impasse” por punto muerto, “lifting” por estiramiento facial, “light” por ligero, “link” por enlace, look por "aspecto", “mobbing” por acoso laboral, “overbooking” por sobreventa, “partenaire” por compañero, “roulotte” por autocaravana, “royalty” por canon o regalía, etc. A éstas podrían añadirse “babyboom”, “ciclocross”, “parking”, “crack”, “topmodel” o “topten”…

Fernando Vilches sostiene la necesidad de incorporar nuevas palabras en nuestro lenguaje, a causa de la globalización actual y de la nueva era tecnológica y de la ciencia, aceptando palabras que proceden de las más diversas profesiones e idiomas, especialmente del inglés. Aboga también por una correcta utilización del lenguaje, sin barbarismos ni clichés, para que éste no se empobrezca, pues se trata de un bien común reibido, que todos que debemos proteger.

Fernando Vilches dirige especialmente su propuesta clarificadora a los medios de comunicación. Para Ramón Sarmiento “la lengua es fiel reflejo del pueblo que la habla”. Por eso ha de ser ésta una preocupación latente, en la que todos debemos implicarnos, para preservar nuestra identidad cultural, valiosísima y milenaria. Riqueza idiomática, pureza lingüística, corrección léxica, cuidado ortográfico y expresión adecuada, son valores irrenunciables de la cultura, que marcan el nivel de una civilización.

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