09 octubre 2008

Tu mayor tesoro

El mayor tesoro del que dispones, es la edad que ahora tienes. Apuesta fuerte con tu juventud, y lograrás lo que sea: en trabajo, en formación, en amigos, en éxitos. Lo único que verdaderamente puede frenarte, es tu pereza. Ninguna meta te es imposible. Con sólo un mínimo de necesidad que cubrir, por lo joven que eres, sin miedo al cansancio ni al riesgo, dispones del máximo de éxito que alcanzar: en amistades, en ideales, en logros, en avances, en alegrías.

Antes de que los 25 años cierren el primer tercio de tu vida, nada ni nadie puede limitarte. Puedes elegir con total libertad qué idioma hablar, en qué país vivir, en que mundo trabajar, qué familia fundar, con qué amigos disfrutar… sin que ninguna frontera pueda encerrarte. ¿Ser un experto? –Con la zurda. ¿Bilingüe? –Y más. ¿Profesional? –Más que nadie. ¿Ganar trofeos? –Los que quieras. ¿Comerte el mundo? –Con patatas.

Eres todavía un pozo inagotable de energía. Tu mente está fresca y abierta a las ideas. Tu resistencia está a prueba de todo: puedes recuperarte rápidamente de cualquier esfuerzo. Todas tus potencialidades están totalmente abiertas inagotables delante ti. Nada puede frenar tus ímpetus y tus deseos de progresar.

Tu mayor valor, tu máximo bien que cultivar, es el tiempo de que dispones. Ahí están tus objetivos, con las energías que aún puedes disfrutar e invertir. Eso lo que marca tu nivel: las capacidades que aún puedes desarrollar.


–Ojo, que eso no te va a durar siempre. El calendario no se para. Si ahora te entrenas en tu autoexigencia, en dar de ti al máximo, tanto académica como humana y deportivamente, toda tu vida podrás seguir gozando de esos talentos que ahora has logrado. ¿A qué esperas? ¡Lánzate!

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