09 diciembre 2008

Austeridad, sí: pero no para ellos

Deberían darles vergüenza hablar de austeridad, a la vista de cómo ellos viven. Tenemos campeones como Pepiño y su mansión ilegal a las puertas del mar, o como el derroche de lujo Belloch en Zaragoza acondicionando su despacho, o los millonarios artistas titiriteros subvencionados arbitrariamente, como la cúpula de Barceló, pagada nada menos que 20 millones de euros (que ya se está cayendo a trozos, esperemos que no nos cobre otro tanto por arreglarla).

Es inadmisible. Predican la austeridad, pero sus alcaldes y barones gastan verdaderas fortunas en frivolidades; eso sí, todavía les queda tiempo para darnos lecciones de ahorro a los ciudadanos. Nuestro Gobierno, que empieza a demostrar claras y peligrosas pruebas de no tener ni idea de cómo solucionar la crisis, ha lanzado una campaña para decirnos cómo comprar, eso sí, con criterio. Claro, la operación también está pagada con dinero público.

Es la cultura del progre, con palabras bonitas y con gestos muy solemnes; pero todo y sólo siempre, de cara a la galería: porque para ellos, rigen otros criterios. En la misma semana que se han publicado los datos del paro, un alcalde socialista se ha gastado 34.500 euros en cuadros.

Pero eso queda en casa porque, para los ciudadanos, el Ministerio de Sanidad y Consumo acaba de lanzar un campaña para que los ciudadanos controlemos nuestros gastos estas Navidades. En su campaña 'Compra con criterio', el Ejecutivo presenta unos consejos para enseñar a los españoles a llegar a fin de mes mediante unos maravillosos consejos.

Ésa es la "política de austeridad" que propaga a los cuatro vientos el presidente, mientras ha servido a De la Vega, a Belloch o a los socios gallegos de los socialistas para gastarse millones en sus lujos y en reformar sus despachos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pedro, estoy de acuerdo con usted en que el estado está dando altas dosis de paternalismo innecesario, lo que muestra por un lado la hipocresía de los políticos y por otro el alto grado de cinismo. Eso sí, no estoy de acuerdo en la manera de tratar a los "progres" en este artículo. Lo siento, yo no hago distinción entre los progres de "El País" y los liberales de "El Mundo". Todos iguales.

Pedro García-Alonso dijo...

Conforme. Totalmente de acuerdo.