22 agosto 2010

Me escribe una antigua alumna...

¡Hola, Pedro!

Soy Teresa Aliseda: fui alumna tuya en varias asignaturas y también me echaste un cable gordo con la tesina. Te escribía porque hace poco me pasé por tu blog y me llamó la atención un post que escribiste titulado ¿qué hago sin trabajo?

Me identifique muchísimo con las cosas que comentas, porque reflejan bastante la situación por la que yo estoy pasando ahora. Llevo casi cuatro años trabajando en una web sobre información deportiva. Al principio, cogí el trabajo con ilusión pese a que las condiciones no eran muy boyantes (contrato de autónomos, sueldo mileurista, etc.), pero para empezar no era un mal puesto. Además, estaba harta de los contratos de becaria y necesitaba pasar al siguiente escalón. La otra ventaja es que la página es un referente entre los medios del sector.

El problema ha surgido con el paso del tiempo. Parte de la plantilla (somos menos de veinte personas) pasamos de autónomos a ser externos contratados una productora, mientras que los otros seis fueron contratados como empleados de la empresa matriz, que es la dueña del medio. Lo que en principio parecía una mejora, acabó convirtiéndose en una merma de nuestros derechos y en una discriminación entre empleados de la empresa y los externos. Ya no sólo por la diferencia de sueldos y horarios, sino también a la hora de repartir el trabajo diario de la Web: los “marrones” van para los externos. Por supuesto, nuestra empresa hace oídos sordos (trabajamos en la sede central) y cuando les hemos pedido alguna reivindicación (por ejemplo, comemos en menos tiempo del que nos corresponde, sin recibir ningún tipo de compensación), la respuesta siempre es la misma: Si no te gusta, vete.

Pero, claro, ¿qué hago yo, si lo dejo, sin trabajo? Si las circunstancias macroeconómicas fueran otras, ya me habría aventurado a dejar el puesto. El problema es que las ofertas laborales son muy reducidas, por no decir que casi inexistentes, y no se puede vivir del aire. Soy de fuera de la ciudad y el paro me daría más bien para poco.

A nivel anímico, he pasado ya por todas las fases: tristeza, indiferencia, mal humor, pasividad en el trabajo…Al final, he optado por seguir la corriente, lo que hoy en mi página web significa reír las gracias y esforzarme en hacer las cosas lo mejor que puedo. No sólo por la satisfacción personal, sino también porque “fichar” por alguna otra empresa es la única opción que tengo para aspirar a mejoraren la mía.

Patético, ¿verdad? No entiendo la mentalidad empresarial de este país. Tienes gente joven competente, con ganas de hacer cosas y lo único que haces es machacarles.

Además de las crónicas de actualidad que escribo a diario, también redacto temas innovadores y de otros países. Es muy complicado escribir exclusivas en la página porque apenas salimos a cubrir actos, lo que te limita el contacto con las fuentes. Aún así, me esfuerzo por pensar temas nuevos y en general, con mucho esfuerzo, van saliendo cosas.

Perdona que te haya incordiado un rato con mis problemas pero como te comenté antes, me identifiqué con tu post. Yo también mantengo el contacto con muchos ex compañeros de facultad y me da pena ver cómo van cayendo. Es decir, cómo van perdiendo la ilusión por la profesión y optan por buscar curro en otros sitios. En fin…

Hay una cosa que me hace gracia. Constantemente oigo que el periodismo se está denigrando en parte por las nuevas generaciones, no se confirman fuentes; sólo se copia y pega, etc. Y yo me pregunto ¿No son más responsable las empresas que los propios trabajadores de ese descrédito? ¿No es eso lo que están provocando con la sobreexplotación y maltrato a sus empleados?

Ya te digo que éstas son algunas de mis reflexiones en mi corta vida profesional. Pese a todo lo malo de esta profesión, yo me ilusiono cada vez que consigo publicar un tema.

Bueno, Pedro no te molesto más. Espero que disfrutes de tu aventura por EE UU. Muchas gracias por tu tiempo. Para cualquier cosa en la que te pueda ayudar, ya sabes cómo localizarme. Un abrazo.

MI RESPUESTA:

Teresa, eres un sol, una campeona.
Déjame que te felicite encarecidamente.
A pesar de haberte tragado todo, no te has rendido
Sigues a tope: eso es lo fundamental.
La ancianidad no la da el calendario, sino el envejecimiento de las neuronas.
Y tu cerebro está más fresco que el de una cría de 16 años.
Eso es el mayor tesoro que tienes. Cuídalo al máximo.
Así que adelante, luchando hasta el final.
Nada de tirar la toalla: ¡antes muerta que vencida!
Peor lo tenía Colón, y llegó hasta América.

¿SOLUCIÓN?
Plan estratégico. Hazlo conmigo aquí mismo.
Párate y piensa. Coge un folio y escribe:

PRIMERO. Sueños. ¿Qué es lo que a ti más te gusta? ¿Qué es lo que mejor se te da? ¿Qué te gustaría conseguir? ¿En qué quieres ser tú la mejor del mundo? ¿Qué tarea te hace disfrutar más, y te importa un comino si te pagan o si no te pagan, con tal de ejecutarla?

SEGUNDO. Vías. La pólvora ya está descubierta: no hace falta que la inventes. Pues tu afán, lo mismo. Busca: ¿quién, qué, dónde, cuándo y cómo están los gurús y las obras maestras de ese ámbito que es mi afán en la vida y mi aspiración máxima? ¡A por ellos! Contacta, cartéate con ellos, chatea, congenia, súbete a su chepa, mételes las manos en sus bolsillos, saca de ellos todo lo que puedas.

TERCERO. Euros. No se vive del aire. Hace falta dinero. El peor trabajo, es el paro. Mantén los pies en el suelo. Conserva el empleo menos malo que tengas, mientras puedas. Saca de ahí tu subsistencia, y guarda bien tus energías, sin quemarte ni agotarte, para poder volcarlas luego, al salir de tu curro, en lo que a ti verdaderamente te interesa.

CUARTO. Calendario. Marca tus objetivos. Sepáralos entre los de corto, medio o largo plazo. Distingue entre los objetivos inmediatos y alcanzables directamente, y los objetivos últimos y finales. Pon fecha a cada meta, y lánzate a por ellos.

QUINTO. Sensei. Ten un orientador o entrenador, un coach o manager, un Mister o guía, consejero o instructor. Consúltale tus planes, y deja que él te exija y anime.

SEXTO. Equipo. Ayúdales y te ayudarán. Compartir lo intelectual no es trocear, como lo material: es enriquecer aumentar, crecer y multiplicar.

SEPTIMO. Ponte ya mismo manos a la obra. Olvídate de sueldos, contratos y nombramientos. Hazlo. Produce. Crea. Avanza. Colabora. Métete en el mundillo. Publica lo que hagas, aunque sea gratis… si hace falta. Pero una vez que demuestres que estás dispuesta a lo que sea, te ficharán, se te rifarán, te querrán, te pedirán que te incorpores a su grupo, porque eres un referente indiscutible, una colaboradora imprescindible y una crack.

Por ahora, ya tienes ahí algo que hacer. Sigo a tus órdenes. Un abrazo.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Después de trabajar ininterrumpidamente durante más de 5 años como becaria, creo que ha quedado claro que ya nos hemos olvidado de contratos, nombramientos y sueldos. Y como aconseja el profesor, también hemos publicado artículos practicamente gratis mientras demostramos cada día estar dispuestos a lo que sea, a hacer horas extra o a prolongar becas con los chanchullos que pidan las empresas. Así que, lo siento Pedro, pero creo que ahora mismo las empresas no se rifan por nosotros ni nos van a fichar a pesar de haber demostrado ser unos crack. Creo que a diario, con la sustitución de unos becarios por otros y la negación a hacer contratos, queda claro que casi nadie es imprescindible. Siento ser pesimista, pero es lo que, como muchos otros, vivimos a diario en empresas en las que llevamos trabajando 3 años como becarios.

Marina Lacalle dijo...

Al menos en los medios audiovisuales, hay que contar con el factor suerte. Hay que estar en el momento justo en el lugar adecuado. Para eso siempre tienes que dejar el mejor sabor de boca posible. Ya no sólo es cuestión de trabajar bien y estar bien preparado, sino de estar siempre dispuesto a hacer cosas, poner el menor número de pegas posible, estar atento a lo que te rodea para aprender el mayor número de cosas y, en la medida de lo posible, ir siempre a la redacción con una sonrisa ...si todo eso lo tienes dejarás siempre un buen recuerdo en la gente que trabajó contigo. Cuando alguno de ellos tenga que formar un equipo es probable que se acuerden de ti. Y es muy fácil que el equipo que está formado ahora, se desintegre; que quién está en la dirección, caiga y suba otro...este mundo profesional es así de cambiante. Lo que nunca hay que hacer es desesperar, porque eso no lleva a ningún sitio.
Es cierto que cinco años de becariado es mucho, pero si lo has aprovechado bien, habrás conocido a mucha gente y te habrá dado tiempo a hacer de todo o casi de todo. Y que últimamente (y hablo por experiencia propia, en la empresa en la que trabajo), la dirección está más pendiente de los resultados numéricos que de la calidad del producto (las últimas decisiones que he visto tomar, no tienen ni pies ni cabeza...si mis directivos supieran algo de radio, otro gallo cantaría). Pero de la desilusión no se saca nada productivo. Nadie dijo que fuese fácil.

Falete dijo...

Me da mucha pena la historia de esta muchacha, pero la tristeza se amortigua si tenemos en cuenta que no está tan discriminada: así están casi todos los recién licenciados, o los que aún no hemos terminado. Dicho esto, no comparto en absoluto las culpas continuas a las empresas. Me explico. Cuando uno estudia una carrera tan bonita como periodismo, tiene que saber DÓNDE se está metiendo, y en qué PAÍS lo está haciendo, para más inri.
Si cae un chaparrón sobre una ciudad y buscamos desesperadamente un autobús, no podemos echar la culpa a la empresa de transportes en caso de que vaya lleno: a todos nos gusta viajar cómodamente, pero si todos quieren hacerlo y encima las circunstancias no acompañan no podemos culpar a los demás. Tendremos que trabajar un poquito más y aguantarnos, quizá cogiendo el metro o un taxi. Eso es el periodismo, una profesión con muchísima oferta de capital humano y poquísima demanda.

Javier Jurado dijo...

Tus mensajes, Pedro, son buenos: están cargados de optimismo y se nota la ilusión con los que lo transmites. Y siempre se agradece.
Aunque lamentablemente, el caso de esta chica es más frecuente de lo que pensamos. Es de vergüenza ver cómo empresas importantes, con un nombre en el mundo de la comunicación, tienen prácticas tan rastreras con gente, sobre todo, joven.
Lo que dice Marina es verdad. La suerte es fundamental. Un becario que estuvo en mi curro el año pasado, lo ha estado este año en un medio de comunicación donde, curiosamente, necesitan gente. Los primeros en quedarse, los becarios de este año. Es más joven que yo y va a firmar esta semana un contrato que ya lo hubiera querido yo alguno de los seis años que llevo en mi trabajo.
Con la gente joven (y mira que he visto pasar gente joven super válida, pero muy poco motivada por los contratos y por sus jefes) se juega demasiado: se les estira en condiciones malas hasta que no pueden más y renuncian. Lo mandan todo a la porra: quieren independencia económica alguna vez. Quieren el reconocimiento que no les llega nunca. Se hartan, de desilusionan, pierden la fe y antes de hacerse el harakiri, buscan otras salidas. Lejanas al periodismo, eso sí.
A veces, Pedro, un puesto de becario en un medio de comunicación es una inversión de tiempo y de dinero: ganas menos del que necesitas y le echas horas como si no costara. Lamentablemente, he visto casos donde la siembra ha caído en terreno malo y se han perdido los frutos. La cosecha personal, en esos casos, de poco ha servido.
Quizás (y así lo espero), pronto vengan tiempos mejores.
Saludos.

Anónimo dijo...

¿SE PODRÍA ABRIR EN ESTE BLOG UNA SECCIÓN EN LA QUE CADA UNO CONTARA SU EXPERIENCIA PERSONAL CON EMPRESAS DEL SECTOR DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN?
AYUDARÍA MUCHO A TODOS LOS PERIODISTAS Y A LOS QUE VAN CAMNIO DE SERLO.
TODOS TENEMOS NUESTRA 'PARTICULAR HISTORIA'...

Samu dijo...

Soy contrario a la práctica de contratación de becarios por parte de los grandes grupos para hacer trabajos de 7 u 8 horas pagando un sueldo miserable que a veces es menos de la mitad de lo que estipulan los convenios. Son puestos que no son de formación, sino de explotación.
No he cogido nunca uno de esos trabajos pero conozco a cientos que sí, diciendo que si ellos o ellas no los cogen , otros lo harán. Además, no ,lo hice estrenando la veintena, menos lo voy a hacer ahora con los 30 a mis espaldas. Eso si, ¡¡cuántos becarios de 30 años que hay en la profesión!! ¡¡que vergüenza!!

La culpa es compartida tanto por el trabajador como por la empresa.

Mi última aventura laboral en un gran grupo mediático terminó con su ERE encubierto tras el oficial...

Desde entonces, saboreo los vientos del freelancismo, violentos y agitados, pero mucho más dignos con la persona que los que ofrecen los trabajos de triste hombre gris de oficina.

Muy buen post de respuesta el tuyo, con todo un plan acción por pasos.

Nachos dijo...

Me solidarizo como ex periodista que abandonó la profesión hace una década. Según me decía todo el mundo era muy bueno y habría llegado lejos. No lo sé, sin embargo nadie me aseguró un sueldo digno a medio plazo. Me pasé a la 'planta superior' del edificio y hoy me va muy bien. Desde aquí, conociendo las dos caras, veo algo muy claro, que ya se veía hace 15 años, cuando yo estudiaba: sobran periodistas. Sobran periodistas ilusionados por hacer su trabajo y cuyo afán, vocación o ego les hace insistir en permanecer en un mercado raquítico y cainita. Por eso, se les puede contratar por tan poco dinero. Los pequeños empresarios, que no tienen que lidiar con mesas sindicales, llegan al nivel de explotación laboral (que, por otro lado, es lo normal en el servicio doméstico sin que nadie se escandalice). Son leyes de mercado, o pagarías una muchacha a 30 euros la hora si tuviera tres años de formación reglada?
También está vinculado con la aportación de valor diferencial. Esto es más complejo de ver, pero volviendo al ejemplo previo, ¿alguna vez has escuchado una loa al manejo de la plancha que tenía la chica del servicio que se fue porque la preñó el novio? Cada vez es más complicado encontrar calidad periodística y redactores que aporten valor. En la medida en que tenemos menos tiempo, también se valora menos. En fin, que no se va a solucionar en breve. Si quiere ser periodista, especialícese y además apueste por la tecnología. Aunque yo le recomiendo, como hubiera hecho mi padre y puede que haga el suyo, que se busque un trabajo serio... y aburrido o asuma la ignominia con felicidad.

Pedro García-Alonso dijo...

¡Hola, Pedro!

Como te he dicho alguna vez, me encanta leer tus mails y tu blog, aunque la mayoría de las veces no responda (como respondiéramos todos, te freiríamos a mails...)

Me da mucha pena, no obstante, leer el pesimismo de la gente en las respuestas... Desgraciadamente, es lo que abunda. Desde que empecé Periodismo no dejo de oír a todas horas que la profesión está fatal, etc. Tanto, que casi me he inmunizado. Nunca he caído en la tentación de unirme al grupo de los "protestones". Ya cuando estaba en tercero busqué algunas prácticas y colaboraciones (siempre pagadas, modestamente creo que lo contrario es un insulto y sólo dejará de existir ese concepto absurdo del trabajo gratis cuando la gente deje de aceptarlo como normal). Cuando había menos oportunidades, aprovechaba para formarme (cursos, idiomas o incluso estudio de disciplinas no relacionadas con mi trabajo que sabía que en un futuro me sería más difícil hacer, porque al fin y al cabo es muy importante hacer cosas que te interesen).

Desde que he terminado la carrera siempre he tenido trabajos más que dignos. En la actualidad he renunciado, voluntariamente, al periodismo "puro" ya que me ofrecieron un puesto muy interesante en una empresa, más relacionado con marketing y coordinación de proyectos. Pero mato el gusanillo realizando algunas colaboraciones como reportera en eventos deportivos o redactora en una revista de arte. Además, hace poco cumplí uno de mis sueños: publicar mi primer libro (http://incognitaeditores.es/es/es_titles.html), del que me encantaría hacerte llegar un ejemplar (¿podrías comentarme el departamento o despacho que tengo que poner para que llegue? Gracias). Además, ejerzo de correctora de estilo de forma autónoma (es algo que siempre me llamó la atención y creé mi propio servicio, www.niunacoma.com). Una de las cosas que más satisfacciones me da es que recientemente comencé a impartir una asignatura de Expresión Escrita en la UCM, concretamente en la Facultad de Georafía e Historia. Es una optativa dentro de programa "Universidad para los mayores", imagínate el gran honor que es para mí impartirla y aprender tantísimo de unos alumnos con semejante interés y vitalidad.

Hace poco conocí a un estudiante de Periodismo. Él esperaba que le dijera lo de siempre, que está fatal la cosa, etc. A cambio, le dije lo contenta que estaba de haber estudiado eso y le hablé de mis humildes experiencias. Se fue con una sonrisa de oreja a oreja, decía que era la primera vez que alguien le había hablado con ese optimismo y que ahora estaba más contento con su elección.

Lo que quiero decir con todo este rollo es que, aunque todavía me falta muchíiiisimo en mi carrera laboral (¡terminé la Uni hace sólo tres años!), creo que puedo decir que siempre hay opciones, lo más importante es la actitud, tal y como tú nos enseñas tantas veces con tus consejos. No lo he tenido siempre fácil, pero siempre he buscado la oportunidad en las épocas malas. Quizá si no hubiera tenido aquel trabajo basura no habría sacado la idea de crear "niunacoma", o si no hubiera estado en el paro tres meses no habría realizado el curso de corrección de estilo...

Bueno, sólo te escribo para animarte a seguir con tu optimismo porque, aunque muchos seguirán escépticos, quiero que sepas que a muchos otros sí nos llegan esas palabras y esa actitud, y que intentamos (con más o menos suerte) encontrar nuestro camino buscando cosas que nos llenen.

Muchas gracias por tanta paciencia y tantas verdades, dichas siempre con una sonrisa.

Un abrazo muy fuerte

I. G.

Anónimo dijo...

Hola,
Muy de acuerdo con Falete sobre lo de culpabilizar a las empresas. Y enhorabuena a IG por su empresa, eso es lo que hace falta en España, menos quejarse y más montárselo por su cuenta.
Fui alumna de Pedro hace cuatro años. Duurante la carrera fui becaria en una graN agencia y empecé a ver como iba la cosa, así que me matriculé en derecho y me reconvertí.
Ahora tengo un buen trabajo en Francia donde me siendo valorada y dignificada, y estoy muy feliz. Todo tiene una contrapartida : la gente que estudia o trabaja en cosas coñazo (como os parecerá quizás el derecho, aunque noes así en absoluto) no lo hace por vicio. Cuando te metes en periodismo, "la profesión más bonita del mundo", es normal que estés dando algo a cambio...
Una vez leí una entrevista de artista muy joven (fotógrafo) que le decía a los jóvenes que no se confundieran : que escogemos profesiones "artísticas" o aventureras porque queremos ser libres. Pero lo que te hace ser libre es un buen trabajo en buenas condiciones.
Hay demasiados periodistas, y demasiadas facultades de periodismo y muy poco nivel de exigencia. Aqui por ejemplo para ser periodista hay que pasar por un master (por supuesto público) ultraselectivo (entra del orden de un 10% de los que lo piden). ¿Demencial? un poco, pero si hay tan poco trabajo, que se lo den a los mejores... eso repercute positivamente tanto en los profesionales como en el público. Y yo francamente hubiera valorado que me avisaran desde el principio de que NO iba a ser periodista, y no perder cuatro años en el intento...
Ojalá empiecen a cerrar algunas facultades de periodismo porque os perjudican como profesionales.
EN RESUMEN, Mi consejo : reconversión y emigración!
A. M. S.

Falete dijo...

Muy bien dicho, anónima! Yo estudio quinto de periodismo en Alemania y ya me han dicho que aquí se pelean por contratar a españoles como profesores en la universidad. En cuanto me han dicho que el SMI es de unos 1200.. euros al mes, y viendo que España está hecha unos zorros, que le den por saco a la tortilla de patata y la playa, me quedo aquí.

Anónimo dijo...

Una cosa es que sea la profesión más bonita del mundo y otra, que se abuse de la gente con contratos de becarios interminables.

Sólo pongo un ejemplo muy actual. Un emisora de radio que esá haciendo ERE´s, a su vez está fichando a profesionales de su cadena rival con contratos millonarios. ¿Cómo se explica eso?

Yo también soy periodista y me encanta mi trabajo. Estoy dispuesta a hacer las horas que hagan falta pero por lo menos, me gusta que mi empresa me respete y me valore por lo que hago.

Urlaub dijo...

Anónima, no te ofendas pero si en vez de a David Cantero en Telecinco te contrataran a ti, la cadena se hundiría, porque no eres conocida y la gente quiere caras conocidas y con experiencia.

Isabel dijo...

¡Gracias, A.M.S.! Pero la "empresa" a la que te refieres no es tal, es sólo un servicio que tengo paralelo a mi trabajo, al igual que las colaboraciones periodísticas que realizo. Son trabajillos adicionales en cosas que me encantan, para aderezar un poco el trabajo diario, jeje.

En mi trabajo principal, el que me proporciona el sueldo del que vivo, he seguido la misma filosofía que tú: dejar los romanticismos a un lado (POR SUPUESTO que periodismo es la profesión más bonita del mundo) y buscar un puesto con perspectivas de futuro y que me diera una seguridad económica. Lo has explicado genial. Tengo un puesto muy interesante y no "contamino" mi principal vocación con temas de dinero u horarios. Para mí, mis experiencias relacionadas con periodismo (las sigo teniendo, menos de las que me gustaría, pero hago cosas) siguen puras e incorruptas, y cada rueda de prensa a la que voy la disfruto, a la vez que tengo un trabajo paralelo con unas buenas condiciones.

A veces da pena deshacerse de los romanticismos, pero es importante que sepamos que tenemos más opciones y que no se vive nada mal asegurándose unos ingresos y buscando de forma paralela cosas que te ilusionen.

¡Ánimo a todos ls que estais todavía en la búsqueda, llegará a buen puerto cuando menos lo esperéis!

Saludos

I.G.

Anónimo dijo...

Urlaub, no lo decía por Telecinco. Era por la Cope que ha echando a un montón de gente y ahora se está matando por traer a los de la Ser con unos sueldos que asustan. ¿Cómo se explica eso cuando acaba de hacer un ERE?

Lo de Cantero no tiene nombre porque para empezar no es periodista, es cámara. Así empezó en el territorial de Andalucía grababa y a la vez, presentaba el informativo. Si la pública consiente estás cosas...Ya apaga y vámonos.

Yo no estoy en contra de los fichajes galácticos en los medios. Creo que esto es la Ley de la oferta y la demanda y si se pagan esos sueldos, es porque se estima que esa persona va a generar ese dinero a la cadena. Lo que no estoy de acuerdo es que al resto de redactores, que son los que hacen el trabajo de verdad, se les trate como despojos...Un poco de dignidad para todos.

Anónimo dijo...

No me refiero a Telecinco sino a la COPE que se dedicó a echar a gente y ahora paga millones para traer a los de la SER. ¿Cómo se justifica eso?

Lo de Cantero ya es harina de otros costal porque para empezar no es periodista, es cámara. Estaba en el territorial de TVE Andalucía grabando y luego presentaba el Telediario de allí. Así que si la publica que permite este tipo de chapuzas, ya apaga y vámonos.

Me parece maravilloso que hagan fichajes galánticos en la tele. Si se les paga eso es porque la cadena sabe que lo va a recuperar. Lo que también se tiene que tener en cuenta es al resto de redactores que al final son los que te sacan el curro adelante. Un poco de dignidad para todos.

Anónimo dijo...

Hola,

Me parecen muy interesantes las reflexiones que aquí se han expuesto.

Yo tengo 24 años camino de los 25, llevo casi tres ejerciendo de periodista en un medio económico, y ni siquiera tengo la licenciatura (ni la de Periodismo ni la de Economía). Es más, abandoné Periodismo y me pasé a Historia, que es la carrera que estoy cursando actualmente. A veces me cuesta combinar el horario laboral con las primeras clases del turno de tarde, pero de momento consigo buscarme la vida y compaginar ambas actividades formativas.

Y digo formativas porque creo, basándome en mi propia experiencia, que el Periodismo es un OFICIO que no requiere un título universitario para poder 'ser alguien' dentro de la profesión. Es verdad que muchas veces se requiere el diploma para 'poner un pie dentro', pero una vez ahí se trata de conseguir información exclusiva -gracias a unos contactos cuidados y asentados- y saber transmitírsela al que quiera conocerla.

Y si por el lado oficial no sale bien, te buscas la vida por otro lado y montas una bitácora en la que comentar las experiencias vividas o la información obtenida. Si eres bueno, se acabarán fijando en ti.

En cualquier caso suerte y ánimo a todos.

Henkuai dijo...

Pedro, gracias otra vez por tu optimismo y tu sensatez. Creo que es exactamente eso lo que hay que hacer. Parar un segundo y pensar. Sería genial salir de la carrera y trabajar 6 horas al día, librando fines de semana y cobrando... no sé, 2.000 euros? No sé por qué pensamos que sería así, ni con qué profesión nos estamos comparando para pensar que a todos los periodistas les explotan y que el resto del mundo tiene jefes que les hacen la ola cuando llegan a trabajar. Ya lo han dicho por ahí, nadie dijo que fuera fácil. Somos demasiados los estudiantes de periodismo, y, aún así, es bastante posible conseguir un trabajo en el que te paguen 1.000 euros. En todo caso, la situación actual no es buena para casi nadie, y las empresas periodísticas han notado muchísimo el efecto de la crisis y la disminución de inversión publicitaria.

Entiendo que hay situaciones complicadas, pero creo que la idea es la de seguir preparándonos cada día. Si durante cuatro años no mejora tu situación en un sitio quizá sea una buena idea irse a otro lugar. O por lo menos, ir preparándote para convertirte en alguien necesario en otros puestos de otras empresas.

Nos lo ha dicho Pedro un millón de veces, relaciones y contactos, idiomas y habilidades. Optimismo e ilusión.

Creo que lo más importante es que demostremos, a los demás y a nosotros mismos, que somos capaces de hacer grandes cosas, de convertirnos en imprescindibles, de aportar e innovar.

La cantidad de gente que hay en España y el resto del mundo en una situación peor que la de los "periodistas esclavos" de los que estamos hablando debería hacernos pensar que quizá esperamos demasiado de la vida, de las empresas o de la situación económica.

Yo llevo trabajando en un periódico tres años mientras termino la carrera. Llevo dos años aprendiendo chino, estoy aprendiendo a usar programas de edición como InDesign, photoshop y premiere. Aprendiendo fotografía, escribiendo un blog y pensando en proyectos que trataré de sacar adelante cuando sea el momento. Y esto por no hablar de lo que se aprende cada día en esta profesión, que es, efectivamente, muy bonita.

Siento ponerme borde, pero creo sinceramente que deberíamos escuchar más a Pedro.

Y si todo es tan malo en España, siempre podemos intentarlo fuera. ¿No?