Legislar las Universidades online

Las TIC hoy han invadido todo, hasta la educación. Los MOOC ofertados «en abierto», como cursos por Internet, arrasan con millones de alumnos. Eso puede originar un descontrol, pagando sólo por obtener el título, pero sin clases, sin enseñanza, sin formación y sin auténtico aprendizaje.

Seis Universidades españolas, publicas y privadas, son ya no presenciales, con sólo acceso online:

UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia),

UDIMA (Universidad a Distancia de Madrid),

UNIR (Universidad Internacional de la Rioja),

VIU (Universidad Internacional Valenciana),

UOC (Universidad Oberta de Catalunya) y

Universidad Internacional Isabel I de Castilla.

El Gobierno va a regularlas con un Real Decreto, para garantizar la misma seriedad en las universidades no presenciales, que en el resto. Se fijará el número máximo de alumnos por profesor, «pudiendo oscilar entre 1/50 y 1/100 en función del nivel de experimentalidad de las titulaciones». Eso eliminará la producción en serie, en cadena, sin contacto real con el alumno.

Cualquier universidad, presencial o no presencial, se sirve constantemente del servicio online: consultas a profesores, información a los alumnos, tutorías, envío de materiales, presentación formal de trabajos, pruebas por vía digital… Todo es mucho más sencillo, barato, fácil y rápido por la Web, que presencialmente.

Con todo, nunca olvidemos que son los profesores con contacto directo con los alumnos, el auténtico valor fundamental, la clave de la calidad, el elemento humano imprescindible que forma realmente a los estudiantes.

Instrucción automatizada online, sí, toda. Hay mil servicios magníficos y accesibles.

Pero formación humana impersonalizada, igualitaria, fabril y en cadena, nunca.

Cada estudiante es un tesoro, una joya única, un bien irrepetible, al que pulir al detalle.